Concédeme:
tu ayuda
maternal
para poder
dominar mi debilidad;
tu plegaria
para que
pueda ser hombre de oración;
tu
protección
para que me
alejes del pecado;
tu amor
para poder
iluminar a mis hermanos como hombre de perdón;
tu bendición
para ser nada menos,
que la
imagen de tu Hijo, nuestro Señor y Salvador Jesucristo;
tu presencia
de Madre,
para que
viva mi soledad Sacerdotal con alegría;
tu humilde
confianza,
para que sea
fiel en los momentos de desaliento y de fatiga.
En tus
manos, Madre, coloco mi fe y mi vida.
Guarda en tu
amor la pureza de mi corazón,
para Jesús.
Amén
Beata M. Teresa de
Calcuta
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