DOMINGO 20 DE ENERO DE 2019
DOMINGO
2° DEL TIEMPO ORDINARIO
ENTRADA
Queridos hermanos,
habiendo ya concluido, el tiempo de Navidad y Epifanía, comenzamos el ciclo de
los domingos durante el año, concretamente el segundo de este tiempo.
Hemos terminado estas
celebraciones pero no hemos terminado lo que en estas fiestas celebrábamos;
esto es: la gozosa manifestación de Dios en la humanidad de Jesús; la
revelación de Dios en Jesucristo.
1ª.
LECTURA: (Is 62, 1-5)
En este texto del
Antiguo Testamento, se nos muestra Dios como el esposo de su pueblo, a quien
ama con un amor entrañable, a pesar de sus continuas infidelidades.
SALMO
RESP.: (95,
1-3. 7-10a.c.)
R. Anuncien las
maravillas del Señor por todos los pueblos.
2ª. LECTURA: (1Co
12, 4-11)
Pablo nos manifiesta
la diversidad de dones que el Espíritu suscita dentro de la comunidad,
advirtiéndonos muy claramente que ellos son verdaderamente importantes en
cuanto son para el bien común.
EVANGELIO:
(Jn 2, 1-11)
Jesús, en el santo
Evangelio, se nos muestra realizando un signo, en una verdadera manifestación
de su gloria y un anticipo del signo por excelencia: la
entrega de sí mismo, de su vino, de su sangre, a la Iglesia.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
GUÍA: A cada una de
las peticiones responderemos orando:
"SEÑOR,
TRANSFORMA NUESTRO CORAZÓN"
v Para que la Santa Iglesia resplandezca siempre como signo del misterio de Jesús
que viene, con su vida, pasión, muerte y resurrección a establecer una y
definitiva alianza de amor de parte de Dios con nosotros,
te pedimos...
v Para que en
nuestra Iglesia diocesana, nuestro Obispo y nuestros sacerdotes, nos guíen
siempre en el trabajo de construcción de una auténtica comunidad, te pedimos...
v Para que todos
los pueblos se unan de verdad, y así podamos enfrentar
los grandes desafíos del mundo de hoy: el hambre, la carrera armamentista, los
atentados contra la vida humana y las migraciones, te pedimos...
v Para que ante
cada hermano pobre y enfermo, descubramos a tu mismo Hijo y, no permaneciendo
indiferentes ante el sufrimiento humano, seamos la manifestación de tu amor de
Padre, te pedimos...
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS:
Al igual que en Caná
en que Jesús transformó el agua en vino, así ahora, el pan y el vino serán
transformados en su Cuerpo y en su Sangre; junto a estos dones depositemos
nuestras vidas, pidiendo a Dios las transforme en una oblación que le sea
agradable.
Al término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al
centro del altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a
la asamblea
COMUNIÓN:
Las bodas de Caná las
celebramos cada domingo en la Eucaristía, donde el Señor renueva la entrega de
sí mismo, de suCuerpo, de su Sangre, que ahora se nos ofrece
y así alegra el corazón de la Iglesia con el vino nuevo.
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