DOMINGO 9
DE ENERO DE 2022
EL
BAUTISMO DEL SEÑOR
ENTRADA
Hace
unos días celebrábamos la manifestación del Señor, adorado por los
magos. Y hoy, como una prolongación de esa fiesta, celebramos el Bautismo
del Señor, en la que resuenan estas palabras solemnes: "Tú eres mi
Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección".
1ª. LECTURA: (Is 40,
1-5. 9-11)
Estas palabras del Profeta son el primer
cántico del Siervo de Yahvéh que aplicamos a Cristo. Éste se presenta como el
Mesías esperado: Él es quien ilumina y libera.
SALMO
RESP.:
(103, 1 b-4. 24-25. 27-30)
R. ¡Bendice al Señor, alma
mía!
2ª. LECTURA: (Tito 2, 11-14; 3,
4-7)
Pablo nos manifiesta que la gracia de la
venida de Jesús, ha de hacer de nosotros hombres nuevos, renacidos por el
bautismo, que han de decir, vivir y obrar constantemente en el amor de Dios.
EVANGELIO: (Lc 3, 15-16. 21-22)
Escuchemos, en la proclamación del santo
Evangelio, cómo el Padre declara que Jesús es constituido como Mesías
"para que haga brillar la justicia sobre las naciones". Aclamémoslo
cantando jubilosamente el Aleluya.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
"DANOS TU ESPÍRITU, SEÑOR"
v Por la Iglesia, que como Jesús, ora
y hace que descienda el Espíritu sobre nosotros para que seamos hijos de Dios,
pueda ser modelo de humilde servicio evangélico, te pedimos...
v Por el Papa Francisco, nuestros
Obispos y todos los pastores que cuidan de tu pueblo, nos llenen de entusiasmo
en la fe, y así el espíritu de la Navidad no se apague nunca en nosotros, te
pedimos…
v Para que, frente a un mundo que ha
olvidado y sus raíces cristianas, todos los pueblos de la tierra reciban el
Evangelio de tu Hijo como un anuncio de liberación y de paz, te pedimos…
v Por todos los hombres seamos cada
día más conscientes de nuestra misión de aspirar a la santidad, de luchar por
un mundo donde reine la justicia, y el servicio desinteresado, te pedimos…
v Para que toda esta comunidad, viva
de verdad la gracia y el compromiso de nuestro bautismo, te pedimos…
CELEBRANTE:
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:
Al pedir al Padre que acepte estos dones
que ahora le presentamos, pidámosle que al convertirlos en aquel mismo
sacrificio con el que su Hijo nos rescató del pecado, acepte nuestro sacrificio
espiritual y también nos convierta a nosotros en hombres de fe.
Al término del
“Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del altar y
antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
COMUNIÓN:
Para poder escuchar siempre con fe la
Palabra de Dios, para poder llamarnos verdaderamente sus hijos, para seguir
siempre comprometidamente a Cristo, es que ahora lo recibimos en el alimento
que nos dará esa fortaleza.
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