DOMINGO 23 DE ENERO DE 2022
DOMINGO
3º DURANTE EL AÑO
ENTRADA
Queridos hermanos, en
este tercer domingo del tiempo durante el año, iniciamos la lectura continua
del Evangelio de san Lucas. Él nos enseña a celebrar la Pascua: la Buena
Noticia que cada domingo, y que siempre, proclamamos vivamente en la
Eucaristía.
1ª. LECTURA: (Ne 8, 2-4a. 5-6.
8-10)
En este pasaje vemos la
proclamación solemne del libro de la Ley ante todo el pueblo reunido en
asamblea litúrgica y su reacción al escuchar estas palabras, signos del amor de
Dios a su pueblo.
SALMO
RESP.: (18,
8-10. 15)
R. Tus palabras, Señor, son
Espíritu y Vida.
2ª. LECTURA: (1 Co
12, 12-30)
Continuando la lectura
de la carta de la Epístola a los Corintios, vemos la imagen del cuerpo, de la
que Pablo se sirve para desarrollar ampliamente el tema de la unidad dentro de
la diversidad de dones.
EVANGELIO: (Lc 1, 1-4; 4,
14-21)
En este inicio del
Evangelio de Lucas, Jesús nos manifiesta que la salvación anunciada por el
profeta se ha hecho presente en su persona: el es el Mesías que ha venido a dar
la Buena Noticia a los pobres.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
"POR CRISTO, ESCÚCHANOS SEÑOR"
v Por la Santa
Iglesia, guiada por el Papa Francisco, todos los hombres y mujeres
encuentren en ella el convincente testimonio de las verdades del Evangelio, oremos...
v Por la paz, para
que tu Espíritu mueva los corazones de los gobernantes del mundo, para que
respetando la libertad de todos, sean intérpretes de la dignidad de la persona
humana, oremos...
v Por tantos
hermanos nuestros que sufren en su cuerpo o en su espíritu, para que
recibiendo pronto la Buena Noticia que les permita llevar una
vida más agradable y cristiana, oremos...
v Por toda nuestra
comunidad, para que hoy escuchemos tu Palabra que nos dice que nuestra fuerza,
nuestro consuelo, nuestra unión como pueblo de Dios está ella, y la oigamos con
el respeto que se merece, oremos…
PRESENTACIÓN DE LAS
OFRENDAS:
El pan y el vino que
ahora presentamos en la mesa del sacrificio, son también un signo de nuestra
entrega al Padre, con todo lo bueno que hay en nosotros para que sea elevado y
todo lo malo, para que sea destruido.
Al
término del “Lavatorio de Manos” y cuando el celebrante vuelve al centro del
altar y antes de la oración siguiente, se hace poner de pie a la asamblea
COMUNIÓN:
En Cristo formamos un
solo Cuerpo y un solo Espíritu, y para que esto sea posible y podamos realmente
construir esta unidad, Él mismo ahora se nos ofrece como alimento.
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