sábado, 24 de enero de 2015

Primera Carta Pastoral a la comunidad parroquial del Cura Párroco




C A R T A   P A S T O R A L
Parroquia “Ntra. Sra. del Rosario”

                                                                                       Leones, 20 de enero de 2015.

Queridos hermanos y feligreses de la parroquia:
                                                                                                    Ante todo deseo saludarles de  corazón al ir promediando este segundo mes de estar entre Uds. como sacerdote en la comunidad parroquial. Las circunstancias de esta primera carta está motivada por dos puntos que desearía compartir a fin de ir tomando conciencia lúcida acerca de la vida de la parroquia y los ministros sagrados, de lo cual se habla mucho, pero a veces poco se sabe.
                                                                                              Los que por la gracia hemos sido llamados a esta vocación particular en el Pueblo de Dios (la Iglesia), marcados por el sacramento del orden, tenemos el deber de estar al servicio de las necesidades espirituales de los fieles que se nos asigna por voluntad del Obispo, sucesor de los Apóstoles. Esta misión en nuestro caso se ve afectada por la falta de ministros, hecho por el cual, un solo párroco tiene que atender la cuantiosa feligresía de la ciudad de Leones, y también la de la hermana localidad de San Marcos Sud. Como cura Párroco, además tengo la delicada tarea de atender la “Comisión de Justicia diocesana”, por lo que demanda estar presente en la ciudad de Villa María, atendiendo al mismo tiempo la asesoría de la Junta Diocesana de Acción de Católica con sede en la misma ciudad. Esto  motivó al obispo de asignar a nuestra parroquia la ayuda diligente del ministerio diaconal de Raúl Prado, el que me ayudará en mi ministerio sacerdotal en todo lo que su Orden le permita. Es ciertamente una gracia de Dios, que teniendo por un lado las carencias que tenemos, sin embargo nos veamos bendecidos por otro ministro, que en el futuro será ordenado sacerdote. Entiendan queridos feligreses las limitaciones de esta situación, sepan comprender y sobre todo, ayúdenme a poder cubrir con eficacia y caridad los distintos deberes y obligaciones que me tocan.
                                                                                                  La segunda cuestión es referida  a la digna sustentación del culto y los ministros. Los clérigos católicos, no tenemos ninguna subvención de ninguna especie, vivimos de la caridad de Uds. Los esfuerzos que llevan adelante los Consejos de Asuntos Económicos de las parroquias son muchos, pero siempre insuficientes, sobre todo como en nuestro caso con varias capillas y edificios sagrados, algunos de mucha antigüedad, entre ellos la misma casa en que habitamos los ministros.  El aseo y la dignidad del lugar sagrado, como el vivir con dignidad humana y cristiana, está encomendado a la solicitud del párroco, mi tarea es entonces esclarecer, informar, y alentar el corazón de los fieles para que sean generosos en esta obligación ligada a la virtud de la religión y la justicia, que se corresponde al deber de los ministros de servir. El culto a Dios merece un lugar que, sin ser ostentoso sea bello y decoroso del que es honrado, Dios nuestro Señor. El sostenimiento de los clérigos es igual al de cualquier ser humano en la tierra (mutual, jubilación, manutención, medicamentos, movilidad, estudio, etc.), esto es parte de las obligaciones de los creyentes, por eso, les pido con toda humildad y sinceridad en nombre del que nos ha enviado, Jesucristo el Señor, ayuden con mayor empeño a este cometido, ya que seremos dos personas disponibles a la comunidad. Las colectas de las misas, las intenciones, los aranceles sacramentales, son el único ingreso genuino con el que contamos, y son mucho más escasos de lo que algunos pueden llegar a pensar, por ello, los llamo a una profunda reflexión en este sentido a fin de que el Espíritu los aliente a dar generosamente con alegría tal como lo pide el Apóstol San Pablo (cfr. 2 Cor 9,7).
                                                                                     Igualmente, les exhorto a unirse a todas las acciones del Consejo Económico de la parroquia, se lucha cotidianamente para poder mantener los servicios básicos (electricidad, gas, agua, sueldos ley de empleados, teléfono, seguros, etc.), como ocurre en toda casa y Uds. bien conocen de esto. Los gastos de mantenimiento de la Iglesia parroquial en la sede, los salones, la casa, y las Capillas que lamentablemente vienen sufriendo un progresivo deterioro de años deben ser custodiados de tal manera que podamos mantener entre todos estos espacios que son propiedad de la comunidad entera.  La feligresía de Leones nunca ha faltado en generosidad para estos cometidos, confiando en esto, y la gracia de Dios, en esta coyuntura particular les encomiendo este esfuerzo: seamos abundantemente generosos, Dios no dejará de bendecir el ciento por ciento en bienes espirituales y materiales esta colaboración.
                                                                                              Desde ya, tanto yo como Párroco, como el Diácono Raúl, estamos a disposición de todos en las cosas santas, les ruego apoyo, comprensión, y generosidad para que sembremos más y mejor las semillas de la Palabra de Dios para el crecimiento del Reino que comienza aquí, y termina en la eternidad.
                                                                                      En todo agradecido, los saludo en Jesucristo, su Madre la Virgen del Santísimo Rosario, Patrona y Madre jurada de Leones.
                                                   P. José María Delfino

                                                            Párroco

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