PASCUA Y RECONCILIACIÓN
“DEJÉMONOS RECONCILIAR POR DIOS”
2 CORINTIOS 5,20
INDICACIONES LITÚRGICAS
PARA LA CELEBRACIÓN
DE LA PASCUA DEL SEÑOR
CICLO A.
P. DIEGO ALBERTO URIBE CASTRILLÓN
AÑO 2017.
1. LA CELEBRACIÓN de la Pascua del Señor es el centro mismo del Año
Litúrgico y el punto de partida y llegada de la experiencia de la
Evangelización.
Celebrar la fe es también tener la oportunidad de aprovechar unos espacios
que la Iglesia como Madre y Maestra ha dispuesto para que sus hijos y los
discípulos de Jesús se comprometan a conocer al Señor, de escuchar su
Palabra, de encontrarse con los hermanos para hacer profesión de fe y para
vivir la alegría de la adhesión comunitaria y personal a la vida del Señor,
muerto y resucitado.
Como gran principio celebrativo de los días que comúnmente llamamos
Semana Santa, debe tenerse que este tiempo privilegiado no es la
“dramatización” de una serie de sucesos, ni la oportunidad de llenar unos
días que, por fortuna, permanecen disponibles en nuestros calendarios, con
una serie de rituales que, muchas veces, por estar cargados de un afán
narrativo-visual, hacen correr el riesgo de perder el centro que es Cristo por
privilegiar lo accidental y por favorecer lo externo desconectando todo del
Misterio Pascual mismo que es Jesús en su Pasión y en su Gloria.
Ha querido la Conferencia Episcopal de Colombia proponernos como línea
de acción para este año una palabra que escucharemos justo al comienzo
de la gran preparación para la Pascua que es la Cuaresma: “dejémonos
reconciliar por Dios”, que está tomada de 2 Corintios 5, 20.
El tener una línea de acción es importantísimo en la preparación adecuada
de estos días de gracia, porque nos ubica en la línea de la predicación, nos
favorece para que la Cuaresma esté iluminada por la voz del Señor que nos
invita, de modo especial en las circunstancias actuales de Colombia, a
propiciar desde la fe el encuentro de hermanos que se descubren hijos de
Dios que están llamados a mirar en la misma dirección: mirar hacia el que
nos ha salvado con su sacrificio pascual para que sea él el que garantice
una vida fraterna y una experiencia de comunión que da vida y sostiene en
la esperanza.
Por ello, si se trata de preparar la Celebración de la Pascua del Señor,
obviamente hemos de pensar también en una cuaresma vivida en su
plenitud Bautismal y Pascual.
Este año, en el ciclo A, la Iglesia ha puesto su énfasis más especial en la
vivencia bautismal de la Cuaresma.
2 Los Domingos de Cuaresma, no sólo tienen la riqueza celebrativa de los
textos celebrativos, entre los que descuellan los prefacios propios, sino que
nos permitirán hacer que la Noche Pascual sea la fiesta de una Iglesia que
renace del Costado de Cristo, que se ilumina con la luz de su palabra, que
se alimenta con el pan fraterno que se empezó a partir en la Cena y que
finalmente se vuelve Pan de Vida y presencia del Resucitado que llenó de
gozo a los peregrinos de Emaús con la evidencia de su victoria sobre la
muerte.
Para que nuestra preparación sea también didáctica, recomendamos desde
el primer momento una lectura detenida, serena, piadosa incluso, de las
maravillas litúrgicas que se contienen en cada sílaba del Misal Romano para
estos días.
Pero conviene también que, en lo práctico, aprovechemos unas normas que
desde hace mucho tiempo se han venido ofreciendo, que están
acompañadas por unas recomendaciones que son fruto de la asimilación de
los logros celebrados y del aprovechamiento de lo que no ha favorecido la
celebración para evitar repetir errores y reincidir en lo que no ayuda, no
forma y finalmente no celebra la fe.
3 ASUNTOS PRÁCTICOS GENERALES.
I. El equipo de los que preparan la celebración del Misterio
Pascual
Ha de ser conformado por el Párroco o quien tenga a su cargo la cura
pastoral del lugar o grupo que va a celebrar la Pascua.
Ha de integrar a los Sacerdotes y Diáconos. Debe tenerse presente
con sumo cuidado que, en algunos lugares presiden las celebraciones
venerados Obispos Eméritos, que sin sustituir al Ordinario del Lugar,
han de celebrar los sagrados misterios siguiendo con especial esmero
las indicaciones del Ceremonial de los Obispos. Sepamos acoger su
presencia, sepamos ayudarles a celebrar según el carácter propio de
su ministerio episcopal.
En el equipo que prepara la celebración se necesita la figura de un
coordinador que, verdaderamente imbuido del sentido de las
celebraciones, armonice la participación de todos y dirija con pericia y
con inteligencia todo lo que debe hacerse.
Aunque la Carta Circular para la Celebración de las Fiestas
Pascuales de 1988, siempre vigente, recomienda que los Alumnos de
los Seminarios vivan la Pascua junto a su Obispo en la Iglesia
Catedral, se ha vuelto frecuente que estén presentes en las
parroquias. Esto es también altamente formativo porque requiere que
sean ellos los más indicados para preparar los ministros, para formar
en las disposiciones litúrgicas a todos, para vivir una experiencia
evangelizadora que incluye, como es apenas lógico, la dignidad
sobria y sencilla de la Liturgia.
El equipo del Canto Litúrgico que es un verdadero ministerio es
fundamental. Recordar que no se trata de unos solistas cuya función
es “lucir” un arte musical, sino que son unos servidores que
acompañan la celebración y que promueven y garantizan el
cumplimiento de las disposiciones que piden el protagonismo de la
Asamblea. Debe estar, no solo definido, sino que, en virtud de las
normas civiles, ha de pensarse en que quede claro en un contrato
escrito sus obligaciones y sus deberes y su justa remuneración.
Debe asegurarse también que la presencia de los Religiosos y
Religiosas, a quienes se recomienda participar en la Parroquia, les
ayude a superar el “capillismo” y les ´permita vincularse activamente a
la comunidad en la que viven, trabajan y evangelizan.
La participación activa de los Laicos, de modo especial de quienes
tienen ministerios instituidos, debe ser cada vez más evidente. Hay
que acompañar su preparación para el ejercicio de sus tareas.
4 En muchas parroquias está ya definido un equipo de colaboradores
llamado LOGISTICA, del que hacen parte el Sacristán, los que le
colaboran en el ornato, los que disponen la Iglesia, de los que se
ocupan del cuidado y preparación de las imágenes sagradas, de los
que aportan sus conocimientos técnicos en cosas tan puntuales como
iluminación, amplificación, seguridad del Recinto Sagrado, seguridad
en los actos que tienen lugar fuera de la Iglesia.
Frente a este equipo de trabajo vienen bien estas preguntas:
¿Hemos definido en qué día y a qué hora nos vamos a reunir con
todas las personas que nos van a ayudar en la Semana Santa para lo
más importante, esto es, orar, poner en las manos de Dios todo el
trabajo, estudiar la Palabra que se anunciará en esos días y crear los
vínculos de comunión y de fraternidad que garanticen no el éxito, sino
el bien pastoral de cuanto se va a hacer?
¿Bastará sólo con un encuentro para distribuir las cosas o será
necesaria una serie de sencillos momentos en los que ultimemos
detalles y evaluemos el avance de los preparativos?
¿Qué sacerdotes, diáconos y ministros nos van a colaborar?
¿Con qué presupuesto pastoral y también económico cuento, esto es,
qué recursos he dispuesto en todo sentido para una digna
preparación de las Fiestas Pascuales?
¿Hemos designado quien va a actuar como Maestro de las
celebraciones y quiénes serán sus inmediatos colaboradores,
sabiendo que esta persona tiene la preparación necesaria para
cumplir su deber?
¿Hemos designado un coordinador que tenga todo presente y que,
con paciencia y acierto tenga presente todos los detalles?
¿Hemos definido ya los horarios y lugares de nuestras celebraciones,
advirtiendo las posibilidades de acceso y de desplazamiento?
¿Hemos asignado en una sencilla comunicación escrita a cada
persona lo que le corresponde preparar y realizar en estas fiestas de
Pascua?
¿Quiénes serán los ministros que ayuden y que estén pendientes de
la Liturgia de cada celebración?
¿hemos previsto unos “ensayos”, esto es, una preparación en el lugar
de las celebraciones, para que los ministros estén habituados al
espacio y al desarrollo de la Celebración.?
¿Ya tienen los cantores la debida instrucción para cada día y para
cada celebración?
5 ¿Tiene ya el cantor la lista detallada y minuciosa de los Cantos y un
ejemplar del misal en el que se le indique que debe cantar y en qué
momento?
¿Hemos previsto para el Sacristán y sus inmediatos colaboradores un
ejemplar de todos los ritos de la Semana Santa y un documento
escrito en el que se le indique que debe preparar para cada momento,
para cada celebración, con la debida antelación?
¿Hemos pensado en el digno alojamiento y la alimentación de
cuantos nos van a colaborar en estos días?
¿Hay un lugar, distinto de la Sacristía, donde estas personas puedan
tener acceso a un refrigerio, a los medios de comunicación, a los
recursos inmediatos y aún remotos?
¿Hemos pensado en todo lo que puede ser útil para comunicarnos,
esto es un medio de comunicación constante (teléfono, Celulares,
Internet, radio-teléfono) y que esté activo, por lo que pueda ocurrir?
¿Tenemos en la Casa Parroquial o en la Iglesia un espacio en el que
quienes nos van a ayudar puedan disponer de los materiales
necesarios, de los recursos y ayudas para la celebración?
¿Tenemos ya impreso el material catequético que queremos
compartir con los fieles, bien revisado, bien diagramado, pensando en
la capacidad de comprensión y hasta en los tamaños de las letras?
¿Tenemos previsto, al menos tentativamente, el tiempo de duración
de las distintas celebraciones, de modo que se garanticen el
equilibrio, los espacios para la oración, para el descanso, para el
compartir fraterno de cuantos vamos a participar en la celebración de
la Semana Santa?
II. De los elementos propios de la celebración
¿Tenemos ya todos los elementos litúrgicos, los signos, los recursos
catequéticos?
o Libros litúrgicos
o Elementos para la liturgia
o Textos catequéticos.
¿Ya tenemos el Misal y cada uno de los Leccionarios, debidamente
aprobados, los libros, cantorales y textos que vamos a emplear en
estos días santos?
No olvidemos que, siguiendo las instrucciones de la Congregación
para el Culto Divino, sólo debemos emplear los Textos aprobados y
además no se deberían usar “libros electrónicos”1
1
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¿Tenemos los Libros Litúrgicos completos, bien encuadernados, bien
organizados, para las celebraciones?
III Normas de Seguridad.
¿Tenemos los planos de la Iglesia Parroquial con los accesos, las
salidas de emergencia, los lugares en los que se guardan los
elementos de trabajo, los sitios en los que está ubicado el extinguidor,
el botiquín, el espacio que se pueda usar para una emergencia
médica?
¿Tenemos ya conseguidos los elementos prácticos que se van a
emplear y una prudente reserva de repuestos y soluciones inmediatas
para el sonido, las ayudas audiovisuales, los implementos litúrgicos?
o Entre ellas recordemos:
Pilas, baterías, micrófonos de repuesto, luces, cables,
todas las herramientas, debidamente marcadas.
Carbón, Incienso, dónde encender estos elementos.
Extinguidores
Cintas, adhesivos.
¿Hemos contratado o contactado por escrito, los distintos servicios
que podríamos necesitar: sonido, iluminación, flores, cirios, seguridad,
primeros auxilios?
¿Hemos revisado las normas mínimas de seguridad en la Iglesia, en
los espacios que vamos a emplear, en las vías que se han de utilizar?
¿Tenemos al menos los mapas de los recorridos y hemos definido las
personas y lugares que nos puedan servir de apoyo?
¿Hemos hecho los contactos y hemos suministrado la información a
las distintas autoridades para concertar con los planes que se tienen
para la seguridad y el orden en estos días?
¿Tenemos ya, por escrito, los distintos permisos de las Autoridades
de Policía y de Transito para la utilización de las vías y espacios
públicos?
¿Tenemos ya contactados los recursos de primeros auxilios para los
distintos actos?
¿hemos pedido los permisos por escrito para el uso de las vías
públicas que prescribe el Código?
o Los artículos de dicho código que nos dan autorización para el
uso de las vías públicas son especialmente los 53 y 54. Hay
también en los artículos siguientes del capítulo II de dicho
código normas para garantizar la seguridad de todos.
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o En virtud de ello deben pedirse por escrito y deben recibirse
también por escrito los permisos respectivos por parte de los
alcaldes municipales. La no observancia de esta norma puede
acarrear multas y sanciones por desacato de la ley.
¿Tienen las personas que nos van a ayudar su Seguridad Social
vigente, por si se presenta una emergencia, ahorrando así problemas
a la Parroquia?
En muchas partes se exige que quienes trabajan en alturas tengan un
certificado. Averiguar con tiempo cómo se consigue y todo lo que ello
implica.
INDICACIONES GENERALES:
Sabemos que el centro de nuestra Pascua es la Vigilia Pascual y el triunfo
de Cristo sobre la muerte preparado por la Cuaresma y por los días de la
Semana santa y del Triduo Sacro. Recordemos que la Semana Santa, de
modo especial, el Triduo Pascual es una unidad. No se permite, por tanto,
celebrar uno de los momentos aisladamente, por ejemplo la sola Vigilia, o la
Sola Cena del Señor. Incluso se advierte en la constantemente vigente
CARTA CIRCULAR SOBRE LAS FIESTAS PASCUALES , que está prohibido
celebrar uno solo de los ritos si no se celebran los demás momentos: Cena,
Pasión, Vigilia.
En muchas jurisdicciones debe “duplicarse” la celebración de los Misterios
Pascuales, por lo que debe organizarse de modo que a una sola persona
no le toque presidir en dos lugares y, si no es posible contar con otro
ministro, debe regularse bien en cuanto a horarios y si es posible tener
celebraciones comunes o al menos los actos de piedad popular.
También hay que cuidar con especial atención la costumbre de encomendar
a algunos ministros no ordenados la celebración de estos días santos. No
faltan las quejas por celebraciones que incluso podrían generar irregularidad
en quienes las presiden. Debe saberse con tiempo qué van a hacer
concretamente, qué textos van a seguir y que celebraciones piensan tener.
Para mantener la verdad en las celebraciones, es preciso respetar las horas
que dispone la Iglesia, lo mismo la identidad de los ministros. Por ello:
2 Congregación Para el Culto Divino. Carta Circular sobre las Fiestas Pascuales 1988.
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No se puede permitir que las vestiduras sagradas que corresponden a
los Ministros Ordenados sean usadas por quienes no han recibido el
Orden Sagrado al que dichas vestiduras identifican.
No se puede tolerar, por ejemplo, que quienes no son ordenados
usen las vestiduras de los diáconos y los presbíteros, que algunos
lleven las dalmáticas que son el distintivo propio de los diáconos o
según tradición, de los presbíteros que asisten al que preside.
Debe recordarse que la vestidura común a todos los que ayudan es el
Alba. Para otras vestiduras consúltese al Ordinario del Lugar qué
determinación ha tomado al respecto.
Es muy importante destacar el interés de la Iglesia en los signos y
expresiones de la PIEDAD POPULAR, evitando desvalorizar y hasta ridiculizar
esas expresiones de la fe o, también, evitando que ellas resten la
importancia de los diversos momentos de la Liturgia absorbiendo el tiempo
destinado a lo celebrativo.
Por eso, para que procedamos mejor, en esta instrucción para la Semana
Santa, junto a cada día se harán también unas sugerencias sobre los actos
de PIEDAD POPULAR, atendiendo a las precisas normas que al respecto se
nos han regalado en el Directorio que ya fue publicado en el año 2002.
1. DOMINGO DE RAMOS EN LA PASION DEL SEÑOR.
El Domingo de Ramos en la Pasión del Señor es, ante todo, un domingo,
celebra la Resurrección del Señor hacia la que se dirige este tiempo santo,
como lo indica la Colecta del Misal y como lo propone la oración
Postcomunión.
Esta celebración tiene una inspiración en las celebraciones Pascuales de
Jerusalén del siglo IV que nos fueron transmitidas por la Peregrina Eteria o
Egeria3
, y que se introdujo en la Liturgia Romana más adelante.
La Reforma Conciliar iluminó el domingo de Ramos con una dimensión muy
especial y es la de la transición entre la entrada de Jesús a la Ciudad santa
y la celebración profética de la Pasión que conmemoramos el Viernes, pero
3 Arce, A.: Itinerario de la Virgen Egeria (381-384). Editorial Biblioteca Autores Cristianos
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que se anticipa uniéndola al Sacrificio Eucarístico de este día como lo dice
el Prefacio.
El domingo de Ramos se llama “en la Pasión del Señor” y esta
proclamación solemne celebrada en la Eucaristía (el Viernes santo no hay
propiamente celebración eucarística porque está inmerso en el Triduo sacro
que es la máxima celebración de la fe) debe privilegiarse y asumirse con la
seriedad y la grandeza del misterio que se conmemora.
Debe tenerse un especial cuidado en algo aparentemente elemental y es
que en muchos lugares se adorna la Iglesia como prolongando la procesión
de Ramos. Esto tendrá sentido en la proclamación de la realeza de Cristo
crucificado. Por ello se usan, como se acostumbra incluso en la Sede
Apostólica, el uso de solo follajes.
Miremos las celebraciones de este día.
La Entrada de Jesús a Jerusalén:
Con esta memoria ritual se inicia este domingo.
Las palmas y los ramos, signos comunes de victoria, ponen en relieve que
la muerte en la cruz es camino de victoria, porque esta muerte destruyó la
muerte. San Lucas, que será este año nuestro compañero, nos la relata
bellamente y el texto que se debe leer hace coincidir los cantos de los que
acogen a Jesús con los del Nacimiento de Cristo.
La bendición de los ramos debe ser expresiva y sencilla, sin que se quede
en una mera “mímesis”. Es una verdadera bendición que da origen a una
Procesión que debe ser verdadera. En las misas del día este recuerdo
queda evidente en la antífona de entrada o en el rito de la entrada simple o
también solemne que el misal ha previsto. Más adelante lo detallamos
El color rojo de las vestiduras litúrgicas que se utilizan este día, busca
realzar la muerte del Glorioso Mártir y su Victoria Pascual.
En este día no podemos olvidar que deben ser bendecidos ramos
verdaderos, y que estos signos no pueden sustituirse por banderas o
bombas. La liturgia prescribe ramos de árboles, hojas de palma, es decir
follaje verdadero.
No faltan en este día campañas abiertamente anti eclesiales que incluso
nos acusan de destrucción del medio ambiente. Cuanto conviene saber que
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en años pasados se llegó a un acuerdo con el Ministerio del Medio
Ambiente en Colombia, en el que se autoriza algunas determinadas plantas
para este uso y nos han indicado las especies vegetales que sí se pueden
emplear, evitando el daño de lo que debe conservarse.
La llamada Palma de Cera, que es una verdadera reliquia ya, y por lo
escasa, jamás se debe usar. Pueden ser usadas hojas de otras palmas, con
el cuidado que se debe tener al podarlas, para no destruir la planta.
No olvidemos que los Ramos se bendicen para aclamar a Cristo en la
Procesión.
Si no hay procesión no se bendecirán los ramos, pero debe hacerse la
entada solemne en todas las misas, incluso desde el Sábado.
LA PROCESIÓN.
Hay tres formas de realizar la procesión o la entrada solemne de este día,
que deberíamos determinar con todo cuidado y preparar con toda atención:
La procesión: Es la forma más expresiva y prevé un espacio digno
para iniciarla, bien dispuesto y bien decorado: la Cruz, el Atril
cubierto para el Evangelio, el sonido. Desde el lugar donde se
bendicen los ramos, se acompaña procesionalmente al celebrante,
que representa a Cristo, con palmas y ramos en las manos y
entonando cantos de victoria, hasta la Iglesia donde se va a celebrar
la Eucaristía.
La entrada solemne: Si no se dispone de un lugar adecuado, distinto
de la Iglesia, se puede recurrir a esta modalidad. En un espacio de la
misma Iglesia se bendicen los ramos y se lee el evangelio de la
entrada en Jerusalén, y desde allí el sacerdote celebrante, con los
ministros y algunos fieles, marchan en procesión hacia el altar. Los
demás fieles siguen desde sus puestos con cantos de aclamación
esta marcha.
La entrada sencilla: Si no se puede hacer ni la procesión desde
fuera ni la entrada solemne desde otro espacio de la Iglesia, se debe
al menos dar un relieve especial al canto de entrada de la Misa. A
través del canto y de las moniciones los fieles deben ser invitados a
aclamar al Señor victorioso que inaugura su Misterio Pascual
Se podría también hacer que el sacerdote, después del saludo, leyera
solemnemente la antífona de entrada del Misal, junto con el salmo 23 (este
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es el único día que el Misal insiste en un Salmo para la entrada de la
Eucaristía). Salmo que da sentido a la fiesta: las puertas de la Iglesia que
se abren para recibir al Señor.
En cualquiera de estas tres formas hay otro aspecto que no convendría
olvidar: el papel de los jóvenes y de los niños. Así como a Jesús ellos le
aclamaron en Jerusalén, es muy antigua la tradición en la Iglesia de que el
canto y el protagonismo de los niños sean evidentes en esta celebración.
A la llegada a la Iglesia, si el celebrante lleva la Pluvial la deja y reviste la
Casulla, del mismo modo si, por alguna razón los diáconos no han llevado la
dalmática en la procesión la revisten ahora. Si se lleva la Imagen del Señor,
tras la entrada, se dispone en un lugar bien diverso del presbiterio. Ojalá se
pudiera dejar mejor cerca a la puerta de la Iglesia o en una nave lateral.
Hecho el ingreso solemne, con cánticos y batir de las palmas, se hace de
inmediato la Oración Colecta y se procede a la Liturgia de la Palabra.
LO QUE HAY QUE PREPARAR PARA LA BENDICIÓN Y PROCESIÓN:
En el lugar de la bendición y para la marcha una buena amplificación, la que
debe procurar no exceder los límites que autorizan las normas civiles.
Antes de la procesión debe contarse y exhibirse a la autoridad de Policía
que esté presente el permiso escrito para la utilización de las vías públicas
durante la procesión.
El misal Romano bien registrado,
el Leccionario con el texto de San Mateo.
Los cantores y los cantos apropiados
Los ornamentos rojos, si se quiere y se tiene la capa pluvial roja, si hay
diáconos estos podrán usar la Dalmática en la Procesión, a no ser que
procedan a revestirla al llegar a la Iglesia en el momento en que el
Celebrante deja la Capa Pluvial para revestir la Casulla para la Misa.
los ramos, el agua bendita, el incensario para la proclamación del
Evangelio,
el Ambón para colocar el Evangeliario que, si se quiere y tiene, puede
ser revestido con un velo de color rojo.
La cruz procesional se adorna con sencillez y belleza usando los
mismos ramos, o incluso flores, ya que ella abre la procesión y la preside.
No se deben utilizar animales vivos en esta celebración. Ya se ha
advertido acerca de sus impertinencias y de los inconvenientes y
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desagradables espectáculos que ocasionan, además hay prescripciones al
respecto en el Código de Policía
LA MISA DE LA PASIÓN.
La Misa de este domingo se llama de la Pasión, la lectura de la Pasión
según san Mateo es obligatoria en todas las misas del día y en los lugares
en los que se celebre dicha misa. No se puede jamás sustituir la Pasión por
el evangelio de la Entrada del Señor a Jerusalén.
Se debe proclamar toda la Palabra Divina que se ha dispuesto en el
Leccionario, en este año el Leccionario I.
Las lecturas forman una maravillosa unidad con la Pasión, y aunque el
libro litúrgico admite que alguna vez se pudieran suprimir convendría no
hacerlo. El tercer canto del Siervo, en la lectura de Isaías, y el himno
pascual de Pablo en la carta a los Filipenses, centran de modo admirable lo
que va a ser el camino de Jesús, a través de la muerte, hacia la victoria de
la Pascua.
La proclamación de la Pasión de san Mateo se hará como lo indica el misal,
bien por un solo ministro, el Sacerdote, el Diácono, bien “dialogada” según
lo que indica el leccionario y como abajo lo detallaremos.
Algo que no debe faltar por ningún motivo es la homilía que, aunque tenga
que ser más breve, es un factor que ayuda a toda la comunidad a recoger y
sintetizar el mensaje que al comienzo de la Semana Santa le ofrece la
Iglesia.
Se sigue la Misa con el Credo, que se puede hacer en su forma breve, no
preguntando, sino proclamándolo todo todos.
La Oración de los Fieles, como es Domingo, es obligatoria. Téngase en ella
un recuerdo especial por los que, a imagen de Cristo, están sufriendo a
causa de su fe los rigores del martirio.
La plegaria Eucarística tiene este día el Prefacio Propio de la Pasión del
Señor. Se recomienda por cierta brevedad, debido a la lectura de la Pasión,
el uso de la Plegaria II.
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No se omita la fórmula de la Bendición Solemne al final, sobre todo en la
Misa que sigue a la Procesión.
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Lo que debe prepararse:
La liturgia de la Palabra tiene como centro la Pasión del Señor, un relato
largo que se toma del ciclo litúrgico correspondiente. En este año de San
Mateo.
Deben prepararse tres textos totalmente exactos con las indicaciones
para los que la proclaman: Cristo, Sanedrín, Relator o cronista. Algunas
páginas de Internet ya tienen este texto bien dispuesto.4
Los textos estarán debidamente empastados. No se admitan fotocopias
apenas cosidas.
Cómo se proclama:
1- Una lectura seguida, por un solo lector, el Sacerdote, acentuando el
carácter narrativo de la Pasión.
2- Una lectura dividida en tres o cuatro bloques, encomendados a otros
tantos lectores, preparados con anticipación, reservando el último al propio
presidente.
3- Una lectura intercalando en otros bloques una aclamación cantada por la
asamblea de los fieles, breve y expresiva de las ideas que en el relato se
van desglosando.
Por ejemplo: al final del relato de la cena, una estrofita de
un canto alusivo, al final del juicio, una estrofita de un canto a la cruz, al final
de la muerte, una estrofita alusiva.
4- La lectura tradicional, con el dialogo entre los diversos personajes del
relato, bien ensayado, (lector, sinagoga, Jesús), reservando la parte de
Jesús al presidente.
El Canto Litúrgico
El canto es uno de los elementos que tiene un papel importante en la
celebración del Domingo de Ramos. Así pues que el escoger los cantos
más adecuados es ayudar a la asamblea para que capte la fuerza
significativa del misterio celebrado.
Para la entrada: Hacia ti, morada santa; Que alegría cuando me dijeron;
Hosanna al Hijo de David; Anunciaremos tu Reino, Señor; Pueblo de Reyes;
Tu Reino es vida. En este momento es sumamente oportuno cantar el ya
famoso y muy bello Hosanna oh¡, en el que se habla incluso de los ramos
de olivo. Aquí sí se debería cantar con fuerza y con gozo. También puede
intercalarse entre las estrofas del salmo la segunda parte del Santo de la
Misa, en sus varias versiones, desde donde dice: Bendito el que viene... www.corazones.org , sección Liturgia, textos para los domingos del año., también la página oficial de la
Conferencia Episcopal Española, lo mismo que www.curas.org de Argentina.
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Convendría poder cantar el Salmo responsorial o al menos la respuesta:
Dios mío, Dios mío, porque me has abandonado.
Antes del Evangelio: puede cantarse algo muy sencillo: Tu Palabra me da
vida... por ejemplo.
En las Ofrendas, si bien es mejor omitir la música, podría usarse sólo una
música instrumental, muy sobria.
Comunión: Acuérdate de Jesucristo; Alma mía recobra tu calma; Ved la cruz
de la salvación; Victoria, tu reinarás. Oh Rostro ensangrentado, o porque
no, dejar que se oiga una bella pieza de música sacra si hay un buen
ejecutante, pero siempre dentro de las normas de sobriedad y dignidad que
este momento exige.
2. LUNES, MARTES, MIERCOLES
La Sabiduría de la Liturgia ha ubicado en estos días unos textos
privilegiados del Profeta Isaías, unos salmos y unos Evangelios que nos van
llevando hacia el misterio Pascual, resaltando la persona adorable de Cristo,
Siervo doliente y glorioso. Por ello no pueden omitirse ni cambiarse jamás.
Estos días, que estaban destinados en otro tiempo a la última preparación
de los que serían bautizados en la noche pascual, se ocupan entre nosotros
en la saludable experiencia de la Celebración del Sacramento de la
Reconciliación.
Con cuánta atención debemos buscar que se supere la rutina de la
confesión y se pueda ofrecer el espacio de algunas celebraciones
penitenciales o, al menos, de una preparación más cuidadosa de los
penitentes.
En estos días se medita también en la Pasión del Señor ya que en algunos
lugares es tradicional la oración de la Vía Crucis e incluso algunas
procesiones penitenciales, cuya conclusión natural debería ser la
Celebración Eucarística propia de estas ferias privilegiadas y dotadas de
unos textos eucológicos especiales. Puede sin embargo hacerse efectiva
una norma que aparece en la rúbrica de la Plegaria I de la Reconciliación en
la que se indica que el prefacio propio de estos días puede ser unido al
resto de esta magnífica oración eucarística.
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Lo que debe prepararse:
La Iglesia debe expresar austeridad y recogimiento. No se ponen flores, si
es posible se retiran o cubren las imágenes, o, como lo recomienda la
Instrucción de 1988, se exponen algunos pasajes de la Pasión. No se
tienen devociones especiales (Lunes del Señor de las misericordias, Martes
de María Auxiliadora…) pues no es posible celebrar misas votivas.
Las vestiduras litúrgicas son de color morado.
Si es posible se dispone una
sencilla ambientación que tenga por tema la cruz, la penitencia, o incluso
disponer, sencillamente, alguna imagen que recuerde con la mayor
simplicidad posible, el texto evangélico que se ha de proclamar.
Los actos de Piedad, que generalmente consisten en procesiones
penitenciales, han de ser sobrios y sencillos. Las Imágenes Sagradas que
ilustran bellamente estas procesiones han de ser conducidas con respeto y
devoción, recordando que las procesiones han de ser siempre un preludio
de la Celebración Eucarística. Es de desear que, si hay alguna agrupación
musical que las acompañe, la música debe ser piadosa, solemne, por lo que
se omitirán las coreografías, las piezas profanas que se intercalan en las
marchas, y todo lo que desluzca del espíritu del tiempo. Con el mayor
acierto, algunos sacerdotes retomaron la costumbre de las antiguas
procesiones en las que el clero iba leyendo el oficio divino y acostumbran ir
proclamando los salmos de las vísperas de estas ferias, intercalando el
canto de las antífonas.
El canto Sagrado
Durante estos días el canto debe responder a lo que el Misal pide:
austeridad, sencillez, clima penitencial y de preparación a la gran fiesta
pascual, por lo que se omite el aleluya, como en el resto de la cuaresma y
se prefieren aquellas composiciones que enfaticen el sentido penitencial de
estas fechas