jueves, 28 de marzo de 2019

LO NECESARIO PARA IR PREPARANDO LA SEMANA SANTA 2019

PASCUA Y RECONCILIACIÓN
 “DEJÉMONOS RECONCILIAR POR DIOS”
 2 CORINTIOS 5,20
 INDICACIONES LITÚRGICAS PARA LA CELEBRACIÓN DE LA PASCUA DEL SEÑOR CICLO A. 

P. DIEGO ALBERTO URIBE CASTRILLÓN AÑO 2017. 

1. LA CELEBRACIÓN de la Pascua del Señor es el centro mismo del Año Litúrgico y el punto de partida y llegada de la experiencia de la Evangelización. Celebrar la fe es también tener la oportunidad de aprovechar unos espacios que la Iglesia como Madre y Maestra ha dispuesto para que sus hijos y los discípulos de Jesús se comprometan a conocer al Señor, de escuchar su Palabra, de encontrarse con los hermanos para hacer profesión de fe y para vivir la alegría de la adhesión comunitaria y personal a la vida del Señor, muerto y resucitado. Como gran principio celebrativo de los días que comúnmente llamamos Semana Santa, debe tenerse que este tiempo privilegiado no es la “dramatización” de una serie de sucesos, ni la oportunidad de llenar unos días que, por fortuna, permanecen disponibles en nuestros calendarios, con una serie de rituales que, muchas veces, por estar cargados de un afán narrativo-visual, hacen correr el riesgo de perder el centro que es Cristo por privilegiar lo accidental y por favorecer lo externo desconectando todo del Misterio Pascual mismo que es Jesús en su Pasión y en su Gloria. Ha querido la Conferencia Episcopal de Colombia proponernos como línea de acción para este año una palabra que escucharemos justo al comienzo de la gran preparación para la Pascua que es la Cuaresma: “dejémonos reconciliar por Dios”, que está tomada de 2 Corintios 5, 20. El tener una línea de acción es importantísimo en la preparación adecuada de estos días de gracia, porque nos ubica en la línea de la predicación, nos favorece para que la Cuaresma esté iluminada por la voz del Señor que nos invita, de modo especial en las circunstancias actuales de Colombia, a propiciar desde la fe el encuentro de hermanos que se descubren hijos de Dios que están llamados a mirar en la misma dirección: mirar hacia el que nos ha salvado con su sacrificio pascual para que sea él el que garantice una vida fraterna y una experiencia de comunión que da vida y sostiene en la esperanza. Por ello, si se trata de preparar la Celebración de la Pascua del Señor, obviamente hemos de pensar también en una cuaresma vivida en su plenitud Bautismal y Pascual. Este año, en el ciclo A, la Iglesia ha puesto su énfasis más especial en la vivencia bautismal de la Cuaresma.

2 Los Domingos de Cuaresma, no sólo tienen la riqueza celebrativa de los textos celebrativos, entre los que descuellan los prefacios propios, sino que nos permitirán hacer que la Noche Pascual sea la fiesta de una Iglesia que renace del Costado de Cristo, que se ilumina con la luz de su palabra, que se alimenta con el pan fraterno que se empezó a partir en la Cena y que finalmente se vuelve Pan de Vida y presencia del Resucitado que llenó de gozo a los peregrinos de Emaús con la evidencia de su victoria sobre la muerte. Para que nuestra preparación sea también didáctica, recomendamos desde el primer momento una lectura detenida, serena, piadosa incluso, de las maravillas litúrgicas que se contienen en cada sílaba del Misal Romano para estos días. Pero conviene también que, en lo práctico, aprovechemos unas normas que desde hace mucho tiempo se han venido ofreciendo, que están acompañadas por unas recomendaciones que son fruto de la asimilación de los logros celebrados y del aprovechamiento de lo que no ha favorecido la celebración para evitar repetir errores y reincidir en lo que no ayuda, no forma y finalmente no celebra la fe.

 3 ASUNTOS PRÁCTICOS GENERALES.

 I. El equipo de los que preparan la celebración del Misterio Pascual
 Ha de ser conformado por el Párroco o quien tenga a su cargo la cura pastoral del lugar o grupo que va a celebrar la Pascua.  Ha de integrar a los Sacerdotes y Diáconos. Debe tenerse presente con sumo cuidado que, en algunos lugares presiden las celebraciones venerados Obispos Eméritos, que sin sustituir al Ordinario del Lugar, han de celebrar los sagrados misterios siguiendo con especial esmero las indicaciones del Ceremonial de los Obispos. Sepamos acoger su presencia, sepamos ayudarles a celebrar según el carácter propio de su ministerio episcopal.  En el equipo que prepara la celebración se necesita la figura de un coordinador que, verdaderamente imbuido del sentido de las celebraciones, armonice la participación de todos y dirija con pericia y con inteligencia todo lo que debe hacerse.  Aunque la Carta Circular para la Celebración de las Fiestas Pascuales de 1988, siempre vigente, recomienda que los Alumnos de los Seminarios vivan la Pascua junto a su Obispo en la Iglesia Catedral, se ha vuelto frecuente que estén presentes en las parroquias. Esto es también altamente formativo porque requiere que sean ellos los más indicados para preparar los ministros, para formar en las disposiciones litúrgicas a todos, para vivir una experiencia evangelizadora que incluye, como es apenas lógico, la dignidad sobria y sencilla de la Liturgia.  El equipo del Canto Litúrgico que es un verdadero ministerio es fundamental. Recordar que no se trata de unos solistas cuya función es “lucir” un arte musical, sino que son unos servidores que acompañan la celebración y que promueven y garantizan el cumplimiento de las disposiciones que piden el protagonismo de la Asamblea. Debe estar, no solo definido, sino que, en virtud de las normas civiles, ha de pensarse en que quede claro en un contrato escrito sus obligaciones y sus deberes y su justa remuneración.  Debe asegurarse también que la presencia de los Religiosos y Religiosas, a quienes se recomienda participar en la Parroquia, les ayude a superar el “capillismo” y les ´permita vincularse activamente a la comunidad en la que viven, trabajan y evangelizan.  La participación activa de los Laicos, de modo especial de quienes tienen ministerios instituidos, debe ser cada vez más evidente. Hay que acompañar su preparación para el ejercicio de sus tareas.

4  En muchas parroquias está ya definido un equipo de colaboradores llamado LOGISTICA, del que hacen parte el Sacristán, los que le colaboran en el ornato, los que disponen la Iglesia, de los que se ocupan del cuidado y preparación de las imágenes sagradas, de los que aportan sus conocimientos técnicos en cosas tan puntuales como iluminación, amplificación, seguridad del Recinto Sagrado, seguridad en los actos que tienen lugar fuera de la Iglesia. Frente a este equipo de trabajo vienen bien estas preguntas:  ¿Hemos definido en qué día y a qué hora nos vamos a reunir con todas las personas que nos van a ayudar en la Semana Santa para lo más importante, esto es, orar, poner en las manos de Dios todo el trabajo, estudiar la Palabra que se anunciará en esos días y crear los vínculos de comunión y de fraternidad que garanticen no el éxito, sino el bien pastoral de cuanto se va a hacer?  ¿Bastará sólo con un encuentro para distribuir las cosas o será necesaria una serie de sencillos momentos en los que ultimemos detalles y evaluemos el avance de los preparativos?  ¿Qué sacerdotes, diáconos y ministros nos van a colaborar?  ¿Con qué presupuesto pastoral y también económico cuento, esto es, qué recursos he dispuesto en todo sentido para una digna preparación de las Fiestas Pascuales?  ¿Hemos designado quien va a actuar como Maestro de las celebraciones y quiénes serán sus inmediatos colaboradores, sabiendo que esta persona tiene la preparación necesaria para cumplir su deber?  ¿Hemos designado un coordinador que tenga todo presente y que, con paciencia y acierto tenga presente todos los detalles?  ¿Hemos definido ya los horarios y lugares de nuestras celebraciones, advirtiendo las posibilidades de acceso y de desplazamiento?  ¿Hemos asignado en una sencilla comunicación escrita a cada persona lo que le corresponde preparar y realizar en estas fiestas de Pascua?  ¿Quiénes serán los ministros que ayuden y que estén pendientes de la Liturgia de cada celebración?  ¿hemos previsto unos “ensayos”, esto es, una preparación en el lugar de las celebraciones, para que los ministros estén habituados al espacio y al desarrollo de la Celebración.?  ¿Ya tienen los cantores la debida instrucción para cada día y para cada celebración?

 5  ¿Tiene ya el cantor la lista detallada y minuciosa de los Cantos y un ejemplar del misal en el que se le indique que debe cantar y en qué momento?  ¿Hemos previsto para el Sacristán y sus inmediatos colaboradores un ejemplar de todos los ritos de la Semana Santa y un documento escrito en el que se le indique que debe preparar para cada momento, para cada celebración, con la debida antelación?  ¿Hemos pensado en el digno alojamiento y la alimentación de cuantos nos van a colaborar en estos días?  ¿Hay un lugar, distinto de la Sacristía, donde estas personas puedan tener acceso a un refrigerio, a los medios de comunicación, a los recursos inmediatos y aún remotos?  ¿Hemos pensado en todo lo que puede ser útil para comunicarnos, esto es un medio de comunicación constante (teléfono, Celulares, Internet, radio-teléfono) y que esté activo, por lo que pueda ocurrir?  ¿Tenemos en la Casa Parroquial o en la Iglesia un espacio en el que quienes nos van a ayudar puedan disponer de los materiales necesarios, de los recursos y ayudas para la celebración?  ¿Tenemos ya impreso el material catequético que queremos compartir con los fieles, bien revisado, bien diagramado, pensando en la capacidad de comprensión y hasta en los tamaños de las letras?  ¿Tenemos previsto, al menos tentativamente, el tiempo de duración de las distintas celebraciones, de modo que se garanticen el equilibrio, los espacios para la oración, para el descanso, para el compartir fraterno de cuantos vamos a participar en la celebración de la Semana Santa?

II. De los elementos propios de la celebración  ¿Tenemos ya todos los elementos litúrgicos, los signos, los recursos catequéticos? o Libros litúrgicos o Elementos para la liturgia o Textos catequéticos.  ¿Ya tenemos el Misal y cada uno de los Leccionarios, debidamente aprobados, los libros, cantorales y textos que vamos a emplear en estos días santos?  No olvidemos que, siguiendo las instrucciones de la Congregación para el Culto Divino, sólo debemos emplear los Textos aprobados y además no se deberían usar “libros electrónicos”1 1 7  ¿Tenemos los Libros Litúrgicos completos, bien encuadernados, bien organizados, para las celebraciones?

III Normas de Seguridad.  ¿Tenemos los planos de la Iglesia Parroquial con los accesos, las salidas de emergencia, los lugares en los que se guardan los elementos de trabajo, los sitios en los que está ubicado el extinguidor, el botiquín, el espacio que se pueda usar para una emergencia médica?  ¿Tenemos ya conseguidos los elementos prácticos que se van a emplear y una prudente reserva de repuestos y soluciones inmediatas para el sonido, las ayudas audiovisuales, los implementos litúrgicos? o Entre ellas recordemos:  Pilas, baterías, micrófonos de repuesto, luces, cables, todas las herramientas, debidamente marcadas.  Carbón, Incienso, dónde encender estos elementos.  Extinguidores  Cintas, adhesivos.  ¿Hemos contratado o contactado por escrito, los distintos servicios que podríamos necesitar: sonido, iluminación, flores, cirios, seguridad, primeros auxilios?  ¿Hemos revisado las normas mínimas de seguridad en la Iglesia, en los espacios que vamos a emplear, en las vías que se han de utilizar?  ¿Tenemos al menos los mapas de los recorridos y hemos definido las personas y lugares que nos puedan servir de apoyo?  ¿Hemos hecho los contactos y hemos suministrado la información a las distintas autoridades para concertar con los planes que se tienen para la seguridad y el orden en estos días?  ¿Tenemos ya, por escrito, los distintos permisos de las Autoridades de Policía y de Transito para la utilización de las vías y espacios públicos?  ¿Tenemos ya contactados los recursos de primeros auxilios para los distintos actos?  ¿hemos pedido los permisos por escrito para el uso de las vías públicas que prescribe el Código? o Los artículos de dicho código que nos dan autorización para el uso de las vías públicas son especialmente los 53 y 54. Hay también en los artículos siguientes del capítulo II de dicho código normas para garantizar la seguridad de todos. 8 o En virtud de ello deben pedirse por escrito y deben recibirse también por escrito los permisos respectivos por parte de los alcaldes municipales. La no observancia de esta norma puede acarrear multas y sanciones por desacato de la ley.  ¿Tienen las personas que nos van a ayudar su Seguridad Social vigente, por si se presenta una emergencia, ahorrando así problemas a la Parroquia?  En muchas partes se exige que quienes trabajan en alturas tengan un certificado. Averiguar con tiempo cómo se consigue y todo lo que ello implica.

INDICACIONES GENERALES: Sabemos que el centro de nuestra Pascua es la Vigilia Pascual y el triunfo de Cristo sobre la muerte preparado por la Cuaresma y por los días de la Semana santa y del Triduo Sacro. Recordemos que la Semana Santa, de modo especial, el Triduo Pascual es una unidad. No se permite, por tanto, celebrar uno de los momentos aisladamente, por ejemplo la sola Vigilia, o la Sola Cena del Señor. Incluso se advierte en la constantemente vigente CARTA CIRCULAR SOBRE LAS FIESTAS PASCUALES , que está prohibido celebrar uno solo de los ritos si no se celebran los demás momentos: Cena, Pasión, Vigilia. En muchas jurisdicciones debe “duplicarse” la celebración de los Misterios Pascuales, por lo que debe organizarse de modo que a una sola persona no le toque presidir en dos lugares y, si no es posible contar con otro ministro, debe regularse bien en cuanto a horarios y si es posible tener celebraciones comunes o al menos los actos de piedad popular. También hay que cuidar con especial atención la costumbre de encomendar a algunos ministros no ordenados la celebración de estos días santos. No faltan las quejas por celebraciones que incluso podrían generar irregularidad en quienes las presiden. Debe saberse con tiempo qué van a hacer concretamente, qué textos van a seguir y que celebraciones piensan tener. Para mantener la verdad en las celebraciones, es preciso respetar las horas que dispone la Iglesia, lo mismo la identidad de los ministros. Por ello: 2 Congregación Para el Culto Divino. Carta Circular sobre las Fiestas Pascuales 1988. 9  No se puede permitir que las vestiduras sagradas que corresponden a los Ministros Ordenados sean usadas por quienes no han recibido el Orden Sagrado al que dichas vestiduras identifican.  No se puede tolerar, por ejemplo, que quienes no son ordenados usen las vestiduras de los diáconos y los presbíteros, que algunos lleven las dalmáticas que son el distintivo propio de los diáconos o según tradición, de los presbíteros que asisten al que preside.  Debe recordarse que la vestidura común a todos los que ayudan es el Alba. Para otras vestiduras consúltese al Ordinario del Lugar qué determinación ha tomado al respecto. Es muy importante destacar el interés de la Iglesia en los signos y expresiones de la PIEDAD POPULAR, evitando desvalorizar y hasta ridiculizar esas expresiones de la fe o, también, evitando que ellas resten la importancia de los diversos momentos de la Liturgia absorbiendo el tiempo destinado a lo celebrativo. Por eso, para que procedamos mejor, en esta instrucción para la Semana Santa, junto a cada día se harán también unas sugerencias sobre los actos de PIEDAD POPULAR, atendiendo a las precisas normas que al respecto se nos han regalado en el Directorio que ya fue publicado en el año 2002.

1. DOMINGO DE RAMOS EN LA PASION DEL SEÑOR. 

El Domingo de Ramos en la Pasión del Señor es, ante todo, un domingo, celebra la Resurrección del Señor hacia la que se dirige este tiempo santo, como lo indica la Colecta del Misal y como lo propone la oración Postcomunión. Esta celebración tiene una inspiración en las celebraciones Pascuales de Jerusalén del siglo IV que nos fueron transmitidas por la Peregrina Eteria o Egeria3 , y que se introdujo en la Liturgia Romana más adelante. La Reforma Conciliar iluminó el domingo de Ramos con una dimensión muy especial y es la de la transición entre la entrada de Jesús a la Ciudad santa y la celebración profética de la Pasión que conmemoramos el Viernes, pero 3 Arce, A.: Itinerario de la Virgen Egeria (381-384). Editorial Biblioteca Autores Cristianos 10 que se anticipa uniéndola al Sacrificio Eucarístico de este día como lo dice el Prefacio. El domingo de Ramos se llama “en la Pasión del Señor” y esta proclamación solemne celebrada en la Eucaristía (el Viernes santo no hay propiamente celebración eucarística porque está inmerso en el Triduo sacro que es la máxima celebración de la fe) debe privilegiarse y asumirse con la seriedad y la grandeza del misterio que se conmemora. Debe tenerse un especial cuidado en algo aparentemente elemental y es que en muchos lugares se adorna la Iglesia como prolongando la procesión de Ramos. Esto tendrá sentido en la proclamación de la realeza de Cristo crucificado. Por ello se usan, como se acostumbra incluso en la Sede Apostólica, el uso de solo follajes. Miremos las celebraciones de este día. 

 La Entrada de Jesús a Jerusalén: Con esta memoria ritual se inicia este domingo. Las palmas y los ramos, signos comunes de victoria, ponen en relieve que la muerte en la cruz es camino de victoria, porque esta muerte destruyó la muerte. San Lucas, que será este año nuestro compañero, nos la relata bellamente y el texto que se debe leer hace coincidir los cantos de los que acogen a Jesús con los del Nacimiento de Cristo. La bendición de los ramos debe ser expresiva y sencilla, sin que se quede en una mera “mímesis”. Es una verdadera bendición que da origen a una Procesión que debe ser verdadera. En las misas del día este recuerdo queda evidente en la antífona de entrada o en el rito de la entrada simple o también solemne que el misal ha previsto. Más adelante lo detallamos El color rojo de las vestiduras litúrgicas que se utilizan este día, busca realzar la muerte del Glorioso Mártir y su Victoria Pascual. En este día no podemos olvidar que deben ser bendecidos ramos verdaderos, y que estos signos no pueden sustituirse por banderas o bombas. La liturgia prescribe ramos de árboles, hojas de palma, es decir follaje verdadero. No faltan en este día campañas abiertamente anti eclesiales que incluso nos acusan de destrucción del medio ambiente. Cuanto conviene saber que 11 en años pasados se llegó a un acuerdo con el Ministerio del Medio Ambiente en Colombia, en el que se autoriza algunas determinadas plantas para este uso y nos han indicado las especies vegetales que sí se pueden emplear, evitando el daño de lo que debe conservarse. La llamada Palma de Cera, que es una verdadera reliquia ya, y por lo escasa, jamás se debe usar. Pueden ser usadas hojas de otras palmas, con el cuidado que se debe tener al podarlas, para no destruir la planta. No olvidemos que los Ramos se bendicen para aclamar a Cristo en la Procesión. Si no hay procesión no se bendecirán los ramos, pero debe hacerse la entada solemne en todas las misas, incluso desde el Sábado.

LA PROCESIÓN. Hay tres formas de realizar la procesión o la entrada solemne de este día, que deberíamos determinar con todo cuidado y preparar con toda atención:  La procesión: Es la forma más expresiva y prevé un espacio digno para iniciarla, bien dispuesto y bien decorado: la Cruz, el Atril cubierto para el Evangelio, el sonido. Desde el lugar donde se bendicen los ramos, se acompaña procesionalmente al celebrante, que representa a Cristo, con palmas y ramos en las manos y entonando cantos de victoria, hasta la Iglesia donde se va a celebrar la Eucaristía.  La entrada solemne: Si no se dispone de un lugar adecuado, distinto de la Iglesia, se puede recurrir a esta modalidad. En un espacio de la misma Iglesia se bendicen los ramos y se lee el evangelio de la entrada en Jerusalén, y desde allí el sacerdote celebrante, con los ministros y algunos fieles, marchan en procesión hacia el altar. Los demás fieles siguen desde sus puestos con cantos de aclamación esta marcha.  La entrada sencilla: Si no se puede hacer ni la procesión desde fuera ni la entrada solemne desde otro espacio de la Iglesia, se debe al menos dar un relieve especial al canto de entrada de la Misa. A través del canto y de las moniciones los fieles deben ser invitados a aclamar al Señor victorioso que inaugura su Misterio Pascual Se podría también hacer que el sacerdote, después del saludo, leyera solemnemente la antífona de entrada del Misal, junto con el salmo 23 (este 12 es el único día que el Misal insiste en un Salmo para la entrada de la Eucaristía). Salmo que da sentido a la fiesta: las puertas de la Iglesia que se abren para recibir al Señor. En cualquiera de estas tres formas hay otro aspecto que no convendría olvidar: el papel de los jóvenes y de los niños. Así como a Jesús ellos le aclamaron en Jerusalén, es muy antigua la tradición en la Iglesia de que el canto y el protagonismo de los niños sean evidentes en esta celebración. A la llegada a la Iglesia, si el celebrante lleva la Pluvial la deja y reviste la Casulla, del mismo modo si, por alguna razón los diáconos no han llevado la dalmática en la procesión la revisten ahora. Si se lleva la Imagen del Señor, tras la entrada, se dispone en un lugar bien diverso del presbiterio. Ojalá se pudiera dejar mejor cerca a la puerta de la Iglesia o en una nave lateral. Hecho el ingreso solemne, con cánticos y batir de las palmas, se hace de inmediato la Oración Colecta y se procede a la Liturgia de la Palabra.

LO QUE HAY QUE PREPARAR PARA LA BENDICIÓN Y PROCESIÓN:

En el lugar de la bendición y para la marcha una buena amplificación, la que debe procurar no exceder los límites que autorizan las normas civiles. Antes de la procesión debe contarse y exhibirse a la autoridad de Policía que esté presente el permiso escrito para la utilización de las vías públicas durante la procesión.  El misal Romano bien registrado,  el Leccionario con el texto de San Mateo.  Los cantores y los cantos apropiados  Los ornamentos rojos, si se quiere y se tiene la capa pluvial roja, si hay diáconos estos podrán usar la Dalmática en la Procesión, a no ser que procedan a revestirla al llegar a la Iglesia en el momento en que el Celebrante deja la Capa Pluvial para revestir la Casulla para la Misa.  los ramos, el agua bendita, el incensario para la proclamación del Evangelio,  el Ambón para colocar el Evangeliario que, si se quiere y tiene, puede ser revestido con un velo de color rojo.  La cruz procesional se adorna con sencillez y belleza usando los mismos ramos, o incluso flores, ya que ella abre la procesión y la preside.  No se deben utilizar animales vivos en esta celebración. Ya se ha advertido acerca de sus impertinencias y de los inconvenientes y 13 desagradables espectáculos que ocasionan, además hay prescripciones al respecto en el Código de Policía
LA MISA DE LA PASIÓN. La Misa de este domingo se llama de la Pasión, la lectura de la Pasión según san Mateo es obligatoria en todas las misas del día y en los lugares en los que se celebre dicha misa. No se puede jamás sustituir la Pasión por el evangelio de la Entrada del Señor a Jerusalén. Se debe proclamar toda la Palabra Divina que se ha dispuesto en el Leccionario, en este año el Leccionario I.
Las lecturas forman una maravillosa unidad con la Pasión, y aunque el libro litúrgico admite que alguna vez se pudieran suprimir convendría no hacerlo. El tercer canto del Siervo, en la lectura de Isaías, y el himno pascual de Pablo en la carta a los Filipenses, centran de modo admirable lo que va a ser el camino de Jesús, a través de la muerte, hacia la victoria de la Pascua. La proclamación de la Pasión de san Mateo se hará como lo indica el misal, bien por un solo ministro, el Sacerdote, el Diácono, bien “dialogada” según lo que indica el leccionario y como abajo lo detallaremos. Algo que no debe faltar por ningún motivo es la homilía que, aunque tenga que ser más breve, es un factor que ayuda a toda la comunidad a recoger y sintetizar el mensaje que al comienzo de la Semana Santa le ofrece la Iglesia. Se sigue la Misa con el Credo, que se puede hacer en su forma breve, no preguntando, sino proclamándolo todo todos.
La Oración de los Fieles, como es Domingo, es obligatoria. Téngase en ella un recuerdo especial por los que, a imagen de Cristo, están sufriendo a causa de su fe los rigores del martirio. La plegaria Eucarística tiene este día el Prefacio Propio de la Pasión del Señor. Se recomienda por cierta brevedad, debido a la lectura de la Pasión, el uso de la Plegaria II. 14 No se omita la fórmula de la Bendición Solemne al final, sobre todo en la Misa que sigue a la Procesión. 15 Lo que debe prepararse: 
La liturgia de la Palabra tiene como centro la Pasión del Señor, un relato largo que se toma del ciclo litúrgico correspondiente. En este año de San Mateo.  Deben prepararse tres textos totalmente exactos con las indicaciones para los que la proclaman: Cristo, Sanedrín, Relator o cronista. Algunas páginas de Internet ya tienen este texto bien dispuesto.4  Los textos estarán debidamente empastados. No se admitan fotocopias apenas cosidas. Cómo se proclama:
1- Una lectura seguida, por un solo lector, el Sacerdote, acentuando el carácter narrativo de la Pasión. 2- Una lectura dividida en tres o cuatro bloques, encomendados a otros tantos lectores, preparados con anticipación, reservando el último al propio presidente.
3- Una lectura intercalando en otros bloques una aclamación cantada por la asamblea de los fieles, breve y expresiva de las ideas que en el relato se van desglosando.
Por ejemplo: al final del relato de la cena, una estrofita de un canto alusivo, al final del juicio, una estrofita de un canto a la cruz, al final de la muerte, una estrofita alusiva.
4- La lectura tradicional, con el dialogo entre los diversos personajes del relato, bien ensayado, (lector, sinagoga, Jesús), reservando la parte de Jesús al presidente. El Canto Litúrgico El canto es uno de los elementos que tiene un papel importante en la celebración del Domingo de Ramos. Así pues que el escoger los cantos más adecuados es ayudar a la asamblea para que capte la fuerza significativa del misterio celebrado. Para la entrada: Hacia ti, morada santa; Que alegría cuando me dijeron; Hosanna al Hijo de David; Anunciaremos tu Reino, Señor; Pueblo de Reyes; Tu Reino es vida. En este momento es sumamente oportuno cantar el ya famoso y muy bello Hosanna oh¡, en el que se habla incluso de los ramos de olivo. Aquí sí se debería cantar con fuerza y con gozo. También puede intercalarse entre las estrofas del salmo la segunda parte del Santo de la Misa, en sus varias versiones, desde donde dice: Bendito el que viene...  www.corazones.org , sección Liturgia, textos para los domingos del año., también la página oficial de la Conferencia Episcopal Española, lo mismo que www.curas.org de Argentina. 16 Convendría poder cantar el Salmo responsorial o al menos la respuesta: Dios mío, Dios mío, porque me has abandonado. Antes del Evangelio: puede cantarse algo muy sencillo: Tu Palabra me da vida... por ejemplo. En las Ofrendas, si bien es mejor omitir la música, podría usarse sólo una música instrumental, muy sobria. Comunión: Acuérdate de Jesucristo; Alma mía recobra tu calma; Ved la cruz de la salvación; Victoria, tu reinarás. Oh Rostro ensangrentado, o porque no, dejar que se oiga una bella pieza de música sacra si hay un buen ejecutante, pero siempre dentro de las normas de sobriedad y dignidad que este momento exige.

2. LUNES, MARTES, MIERCOLES

La Sabiduría de la Liturgia ha ubicado en estos días unos textos privilegiados del Profeta Isaías, unos salmos y unos Evangelios que nos van llevando hacia el misterio Pascual, resaltando la persona adorable de Cristo, Siervo doliente y glorioso. Por ello no pueden omitirse ni cambiarse jamás. Estos días, que estaban destinados en otro tiempo a la última preparación de los que serían bautizados en la noche pascual, se ocupan entre nosotros en la saludable experiencia de la Celebración del Sacramento de la Reconciliación. Con cuánta atención debemos buscar que se supere la rutina de la confesión y se pueda ofrecer el espacio de algunas celebraciones penitenciales o, al menos, de una preparación más cuidadosa de los penitentes. En estos días se medita también en la Pasión del Señor ya que en algunos lugares es tradicional la oración de la Vía Crucis e incluso algunas procesiones penitenciales, cuya conclusión natural debería ser la Celebración Eucarística propia de estas ferias privilegiadas y dotadas de unos textos eucológicos especiales. Puede sin embargo hacerse efectiva una norma que aparece en la rúbrica de la Plegaria I de la Reconciliación en la que se indica que el prefacio propio de estos días puede ser unido al resto de esta magnífica oración eucarística. 17 Lo que debe prepararse: La Iglesia debe expresar austeridad y recogimiento. No se ponen flores, si es posible se retiran o cubren las imágenes, o, como lo recomienda la Instrucción de 1988, se exponen algunos pasajes de la Pasión. No se tienen devociones especiales (Lunes del Señor de las misericordias, Martes de María Auxiliadora…) pues no es posible celebrar misas votivas. Las vestiduras litúrgicas son de color morado.
Si es posible se dispone una sencilla ambientación que tenga por tema la cruz, la penitencia, o incluso disponer, sencillamente, alguna imagen que recuerde con la mayor simplicidad posible, el texto evangélico que se ha de proclamar. Los actos de Piedad, que generalmente consisten en procesiones penitenciales, han de ser sobrios y sencillos. Las Imágenes Sagradas que ilustran bellamente estas procesiones han de ser conducidas con respeto y devoción, recordando que las procesiones han de ser siempre un preludio de la Celebración Eucarística. Es de desear que, si hay alguna agrupación musical que las acompañe, la música debe ser piadosa, solemne, por lo que se omitirán las coreografías, las piezas profanas que se intercalan en las marchas, y todo lo que desluzca del espíritu del tiempo. Con el mayor acierto, algunos sacerdotes retomaron la costumbre de las antiguas procesiones en las que el clero iba leyendo el oficio divino y acostumbran ir proclamando los salmos de las vísperas de estas ferias, intercalando el canto de las antífonas. El canto Sagrado Durante estos días el canto debe responder a lo que el Misal pide: austeridad, sencillez, clima penitencial y de preparación a la gran fiesta pascual, por lo que se omite el aleluya, como en el resto de la cuaresma y se prefieren aquellas composiciones que enfaticen el sentido penitencial de estas fechas

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